Si se decide actuar en la zona donde existen edificios colindantes, la topografía no sólo se usa para el propio replanteo de los elementos estructurales sino también como método de detección de los posibles movimientos de las fachadas de los edificios adyacentes. Es vital establecer una red de bases y puntos de control antes de empezar una obra y también establecer los intervalos críticos que pueden alcanzar los valores obtenidos con la medición por parte de los topógrafos.
En prácticamente totalidad de las casiones es la experiencia del topógrafo que decide cómo y donde se ubicará la futura red de bases y los puntos de control y posteriormente con la colaboración de Dirección Facultativa se establece la metodología y la frecuencia de observación. En el transcurso de las obras la frecuencia podrá variar dependiendo de los valores obtenidos con la medición topográfica, asegurando un entorno de trabajo dinámico y a la vez estable y seguro.